EDIFICIO BANCOLOMBIA,
UNA SEDE INTELIGENTE

“La ciudad no son los hechos materiales, hay que construir ciudadanía antes de construir ciudad porque ¿para qué ciudad sin ciudadanos?, y ciudadano no es el que vive simplemente en la ciudad, sino el llamado urbanita, el que vive y sufre la ciudad, la comprende y disfruta con ella”. Luis Fernando Arbeláez, arquitecto y urbanista.

Archivo Bancolombia

BANCOLOMBIA TOMÓ UNA DECISIÓN VALIENTE Y VISIONARIA EN EL AÑO 2002, cuando aprobó la construcción del edificio de la dirección general del banco en las inmediaciones del río Medellín y en el sector de Ciudad Del Río. Este edificio es, después de Empresas Públicas de Medellín, la segunda obra más importante de la ciudad que le apostó al río como un espacio digno de admirar.

Habían transcurrido décadas en las que se le había dado la espalda al río Medellín o por lo menos se le había abandonado a su suerte. Para la industria, el río era una fuente proveedora de agua y a la vez lugar de desechos y para los ciudadanos era únicamente un paso obligado en el valle de Aburrá. Los primeros planes de ordenamiento territorial advirtieron la importancia y responsabilidad que se tenía con el río, pero fue tan solo a partir de 1985 cuando Empresas Públicas de Medellín concretó una estrategia de impacto y a largo plazo para su recuperación. Sin embargo, la empresa privada no tenía mayor compromiso con su destino, por eso, si uno de los grupos económicos más importantes de Colombia ubicaba su dirección general al costado del río, era sin duda una señal de su compromiso y una clara apuesta por el desarrollo de ese sector de Medellín.

La construcción del megaedificio, que costó $365.000 millones, se realizó casi que de forma paralela a los primeros desarrollos de Ciudad Del Río y fue, sin duda, uno de los mensajes más positivos para la zona. El edificio tendría como vecino el río Medellín al costado occidental y hacia el oriente, la avenida de los Industriales, el sector del Barrio Colombia y Ciudad Del Río. Mirado en perspectiva, la determinación es sin duda ganadora, pero para la década de los 2000 fue, por decir lo menos, un paso arriesgado, como lo confirman varios expertos, entre ellos el prestigioso arquitecto Laureano “Nano” Forero Ochoa, quien afirma:

“Bancolombia fue muy audaz al haber construido allí ese edificio, llevar a 4.500 personas a trabajar al sector del puente Guayaquil no era tarea fácil. Esa intervención urbana fue una audacia que merece una felicitación”.

En esa misma línea opina el también reconocido arquitecto Rafael Obregón:

“Bancolombia fue el que hizo que la gente mirara a ese sector, y aunque tengo ciertas objeciones con el tamaño del edificio, también considero que está muy bien resuelto. Sin ese edificio, sin ese trasatlántico encallado, la gente seguiría sin fijarse en el río Medellín. La desgracia de Colombia es que tenemos grandes riquezas, pero no sabemos mirar las oportunidades”.

Jorge Londoño Saldarriaga, presidente de Bancolombia (1995-2010), en compañía de sus directivos, tuvo que tomar las decisiones más importantes de la nueva sede, incluyendo que se construyera en Medellín:

“La gente decía que una obra de esa magnitud era muy invasiva, una mole demasiado grande, pero en la medida en que el banco se fue terminando y descubrieron que tenía una transparencia, que tenía puentes y gran visibilidad, la gente empezó a quererlo, sobre todo porque entendieron que este edificio estaba marcando una nueva orientación de la ciudad hacia el río, hoy su influencia es muy positiva”.

Y añade:

“Cuando se muestran las nuevas imágenes emblemáticas de Medellín, el banco está incluido como una de ellas, porque se convirtió en un referente de modernidad, avance, innovación y más ahora que el banco obtuvo su calificación de edificio verde, es una imagen de lo que está pasando en Medellín, la ciudad se siente representada”.

EL EDIFICIO BANCOLOMBIA, UNA HERRAMIENTA DE TRABAJO

En enero del año 2009 se inauguró oficialmente el edificio de la sede de la dirección de Bancolombia en Medellín. No obstante las cualidades de la construcción, su diseño que ofrecía gran bienestar a los empleados y el gran aporte al desarrollo urbanístico de la ciudad, el edificio fue presentado en sociedad sin grandes pretensiones y de manera modesta se dijo ante la opinión pública que era una herramienta de trabajo. Pero las cifras son elocuentes, esta sede sigue siendo una de las construcciones más modernas de cualquier banco en Latinoamérica y para el año en que inició operaciones era el edificio corporativo más grande en área construida de Colombia con 135.379 metros cuadrados, donde trabajarían simultáneamente hasta 4.200 personas. El diseño interior fue realizado por IA Interior Architects, Studio Sur suministró los servicios de arquitectos con licencias registradas en Colombia y las firmas locales AIA y Convel llevaron a cabo el diseño de exteriores. El edificio tenía la misión de integrar en un solo complejo las 14 sedes administrativas que funcionaban en igual número de edificios en la capital antioqueña, es así como a él fueron trasladados para su operación la Dirección General de Bancolombia, Leasing Bancolombia, Fiduciaria Bancolombia, Banca de Inversión Bancolombia, Valores Bancolombia, Factoring Bancolombia y Sufi. La sede fue concebida de adentro hacia fuera, lo que se buscaba era que su diseño interior fuera un fiel reflejo de los valores de funcionalidad, simplicidad, austeridad y modernidad que el Grupo proyecta.

Julio Braga, director en jefe de IA Interior Architects, empresa que realizó el diseño interior del edificio, explicó en su momento:

“El objetivo más importante de Bancolombia fue el de crear un espacio de trabajo amable y en el que sus colaboradores estuvieran confortables. Al hacer de esto una prioridad, creamos un ambiente de trabajo que es inherentemente intuitivo y ambientalmente sostenible, a la vez que acrecienta la productividad. También, al seleccionar una ubicación que está localizada cerca del transporte público, Bancolombia promueve su utilización”.

El mismo año de su inauguración, la sede de la dirección general del Grupo Bancolombia, en Medellín, fue galardonada con el Best of Year Awards 2009, otorgado por la revista Interior Design. El edificio fue reconocido como el mejor en la categoría Oficinas de más de 50.000 pies cuadrados. Interior Design es una de las revistas más prestigiosas en el ámbito de diseño interior y anualmente entrega distinciones a construcciones con diseños innovadores y destacados alrededor del mundo, en su gran mayoría de Europa, Asia y Estados Unidos. El edificio de la dirección general de Bancolombia fue en 2009 el único proyecto reconocido en América del Sur, los otros diseños premiados fueron construcciones de España, China, Indonesia, Singapur y Japón.

La sede de Bancolombia fue pensada, diseñada y construida para estimular el uso de los sistemas masivos de transporte, generar un impacto ambiental positivo y propiciar una circulación permanente de personas en el sector. Y estos frutos se recogieron muy pronto, en el año 2012 la entidad financiera obtuvo la certificación LEED en categoría Oro, siendo el edificio con el mejor puntaje en Colombia y el segundo en América Latina, superado únicamente por el HSBC de Argentina. La certificación LEED (Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental) es un método de evaluación diseñado en Estados Unidos por el Consejo de la Construcción Ecológica (USGBC), que tiene como fin el estudio de edificaciones verdes mediante parámetros cuantificables y objetivos.

Entre otras consideraciones, el edificio de la dirección general de Bancolombia, en Medellín, cumple con las condiciones de un edificio verde porque está cerca de un sistema de transporte masivo, tiene políticas de restricción de uso del parqueadero, utiliza especies nativas en sus jardines, reutiliza las aguas lluvias en los sistemas de riego y aire acondicionado, cuenta con espacios abiertos en las oficinas. Para ser edificio verde es imperativo también operar un sistema de eficiencia de agua y energía que de forma automática controle su ahorro, así mismo velar por el uso de los recursos materiales e insumos de oficina, y ser selectivos en la compra de productos utilizados para la limpieza y el control de pestes.

En el 2016 y después de casi ocho años que la sede de la dirección ha operado en Ciudad del Río, el presidente de Bancolombia, Carlos Raúl Yepes Jiménez, expresa:

“Siempre hemos procurado ser gestores de cambios más allá de lo económico, y nuestra Dirección General en el sector de Ciudad Del Río es un claro ejemplo. La recuperación del espacio público, la generación de empleo en la zona y el hecho de haber desarrollado un proyecto valorado internacionalmente por su construcción sostenible y por su diseño, han sido algunos de los beneficios de nuestra presencia en este sector de Medellín”.

Y añade:

“Hemos sido testigos de la transformación de un sector que reunió en su suelo ofertas de vivienda, entretenimiento, cultura, gastronomía y servicios médicos, entre otras. Y lo más importante es que nuestros clientes y colaboradores, a su vez, disponen de mayor acceso a diferentes servicios a corta distancia, evitando desplazamientos que generen emisiones de gases de efecto invernadero, y para su movilidad cuentan con acceso y conexión al sistema integrado de transporte masivo del valle de Aburrá. Nos sentimos muy complacidos de ser parte de este sector que se reinventa para darle una dinámica de evolución a nuestra ciudad”.

BANCOLOMBIA TIENE HISTORIA CON CIUDAD DEL RÍO

Para entender mejor este proceso de cómo Bancolombia se integró de una manera tan comprometida con Ciudad Del Río, es interesante conocer que esta historia comenzó cuando en 1997 el Banco Industrial Colombiano adquirió el centenario Banco de Colombia, el cual a su vez era propietario de Siderúrgica de Medellín S.A. Simesa. Aunque la siderúrgica resultaba de gran significación para Medellín, al ser una siderúrgica semiintegrada en el interior del país se estaba ante la imposibilidad de ser competitivos frente a la inminente apertura económica del país y la globalización de los mercados. Primero se estudió trasladar la siderúrgica a otra parte, pero se trataba de una operación muy compleja y costosa, es entonces cuando el grupo de Banca de Inversión de Bancolombia, que ya no se llamaría más Banco Industrial Colombiano, realizó una gestión muy inteligente vendiendo el negocio de la siderúrgica, pero conservando el lote donde esta funcionaba. El Grupo Diaco, que adquirió a Simesa, arrendó el terreno donde funcionaba la siderúrgica por cerca de cuatro años, mientras en calidad de nuevos propietarios tomaban control de la producción y la integraban con la que tenían en otras regiones del país, también se dieron a la tarea de desmontar y trasladar la maquinaria.

El fin de la operación de la siderúrgica ya se proyectaba porque la ciudad había crecido y esta industria generaba contaminación. Quienes vivieron las décadas de 1980 y 1990 en Medellín, recuerdan que la avenida de los Industriales se veía afectada en su flujo vehicular cuando el horno iniciaba su proceso de fundición. Es así como la preocupación de perder más de 200 puestos de trabajo se vio compensada con la buena noticia de mejorar la calidad ambiental y las nuevas oportunidades de empleo que ofrecería el desarrollo urbanístico cuando se aprobara el Plan Parcial Gran Manzana.

El camino que recorrió el plan parcial no fue nada fácil, como anota Jorge Londoño Saldarriaga:

“Fue un calvario conseguir la aprobación del plan parcial, pero es comprensible, determinar las normas urbanísticas de una ciudad es un proceso complejo donde intervienen muchos estudios y aquí estábamos hablando de un cambio radical en un sector muy importante para la ciudad. El plan parcial era revolucionario y requería que la gente que estaba encargada de aprobarlo meditara muy a fondo para que el plan tuviera un impacto positivo para la ciudad”.

Y añade:

“Lo que se ha hecho ha sido fantástico para esta ciudad y la experiencia de Ciudad Del Río se ha vuelto una referencia para todos aquellos que quieren hacer grandes proyectos, podríamos decir que Ciudad Del Río hizo escuela en lo que se refiere a remodelación y transformación urbana en Medellín”.

La pregunta que surge de inmediato es por qué Bancolombia no construyó su nueva sede en el terreno que le pertenecía y que la siderúrgica recién abandonaba. El motivo resulta claro, si bien el edificio de la dirección de Bancolombia requería un lote con una extensión considerable, era mucho menor que el espacio que ocupaba Simesa, por eso construir allí significaba truncar, en alguna medida, las posibilidades de administrar con libertad el futuro desarrollo de la totalidad del terreno.

Por fortuna, como ocurre siempre en las grandes decisiones, se presentó una oportunidad y es que el Grupo Argos consideró que su planta de producción de cemento en las inmediaciones de Ciudad Del Río ya no era competitiva, pero que el lote tenía un gran potencial porque allí quedarían algunas de las estaciones del metroplús y el metro. Bancolombia analizó todas las variables y finalmente se hizo la negociación entre el Grupo Argos y Bancolombia para construir su sede en el terreno que hoy ocupa. Adicionalmente, como opina Jorge Londoño:

“La verdad es que ese punto es muy lógico porque está muy cerca del centro de la ciudad, está en un nodo de comunicaciones donde tiene metro, metroplús, la mayoría de líneas de transporte público, es un sitio que puede ser muy bien utilizado por un grupo empresarial como Bancolombia que puede llegar a congregar en ese edificio más de 4.000 funcionarios”.

Bancolombia decide construir el edificio para la dirección del Grupo muy cerca de Ciudad Del Río, en un momento en que la zona no tenía la amabilidad ni el atractivo del que hoy goza, pero sus perspectivas sí eran visibles, sobre todo para la gente que entendió el tema urbano de la ciudad. El sector no inspiraba desarrollos urbanos para una oferta de vivienda, cultura y comercio porque estaba ocupado por un conjunto de pequeñas bodegas, talleres industriales y fábricas como Erecos y Simesa; pero su privilegiada ubicación y la calidad y disponibilidad de servicios públicos motivaron el impulsar una reforma urbana para transformar esos inmuebles en desarrollos habitacionales, de comercio y servicios.

EL ARTE ACOMPAÑA AL EDIFICIO BANCOLOMBIA

El nuevo edificio llegó también con un componente de obras de arte que siguen siendo un guiño de sensibilidad artística en un medio que se mueve entre operaciones financieras. Los elegidos fueron 17 artistas colombianos contemporáneos, que tuvieron total libertad para el desarrollo de sus propuestas creativas y no recibieron ningún requerimiento particular en su concepción artística por parte de Bancolombia. Para los lobbys de las torres fueron elegidos los maestros Santiago Cárdenas, Luis Luna y Luis Roldán.

Pero además de estas obras internas, el edificio exhibe en su exterior tres esculturas ubicadas de forma estratégica en la zona pública. Dichas esculturas se seleccionaron entre 16 propuestas de artistas invitados y finalmente los ganadores fueron Ricardo Cárdenas, el Grupo Utopía y Nadín Ospina.

MANGLAR CINÉTICO

El artista antioqueño Ricardo Cárdenas es el autor de la obra Manglar largo, que llegó a la torre sur del edificio el 20 de marzo de 2009. Cárdenas se inspiró en los nidos, bosques y manglares, por considerarlos unas tramas a la vez elementales y complejas, y porque creyó que este concepto orgánico era una excelente compañía para el edificio. El manglar es un tejido que no corta el espacio, por el contrario, como dice el artista: “Cuando se mira, la escultura ocupa un rectángulo, pero ninguna de sus 650 piezas está en línea recta, y este es el motivo por el cual la escultura ofrece una sensación de movimiento”.

EL CAMINANTE ES UN GIGANTE BENIGNO

El caminante es una obra que fue instalada en el costado occidental del edificio el 18 de mayo de 2009. La escultura es una creación del Grupo Utopía en la que intervinieron los arquitectos Patricia Gómez Jaramillo, Jorge Mario Gómez Velásquez y Fabio Ramírez Sierra, quienes desde el principio acordaron que el tamaño del edificio invitaba a realizar una obra de grandes proporciones y de allí nace este coloso inspirado en las cariátides griegas, es decir, figuras esculpidas que cumplen la función de columna. La obra se compone de dos piezas con la figura de un ser humano, utilizando el concepto de un positivo y un negativo fotográfico.

Fabio Ramírez, uno de sus artistas, afirma: “Las figuras parecen recortadas de forma manual con una tijera, lo que les da una sensación de liviandad a pesar de que son piezas que superan las dos toneladas”.

UN SUPERMAN QUE ASUME LA POSE DE EL PENSADOR

La escultura El pensador, del artista colombiano Nadín Ospina, completó el 28 de octubre de 2009 el grupo de las tres obras que engalanan el exterior del edificio. Como una experiencia onírica, define Nadín Ospina el momento en que se le ocurrió convertir el conocido personaje de las historietas en la tradicional pose de la escultura de Auguste Rodin:

“Superman genera un espacio de humor, así como una serie de preguntas con relación a los entrecruzamientos culturales que tiene particularmente esta ciudad que es tan mestiza, donde confluyen las grandes modernidades y una sociedad premoderna en la que el campo es todavía muy importante. Por eso este Superman tiene un toque de arriero y se convierte en un llamado de atención a ese mestizaje”.

Fotos: Archivo Bancolombia

Nosotros llegamos para quedarnos y contribuir con el desarrollo de una zona que anteriormente fue asentamiento de grandes empresas industriales. Llegar a este lugar ha facilitado que el comercio se beneficie al tener una población de más de 4.200 personas que conviven y generan una dinámica económica mucho más activa.

Carlos Raúl Yepes Jiménez.
Presidente de Bancolombia.

Cuando Bancolombia tomó la decisión de construir en Ciudad Del Río su sede, el sector no tenía la amabilidad ni el atractivo que hoy tiene, pero el hecho de impulsar una reforma urbana que recuperara ese inmueble para el desarrollo de vivienda, comercio y servicios para la ciudad, era perfectamente lógico en el mediano plazo.

Jorge Londoño Saldarriaga.
Presidente Bancolombia 1995-2010.

La inversión que hizo Bancolombia en esta obra es muy significativa desde muchos puntos de vista, entre ellos que la ciudad entera volviera a mirar el río.

Carlos Guillermo Posada.
Gerente Valores Simesa.

Bancolombia fue artífice del éxito de Ciudad Del Río. Hay que decir que fue muy audaz en haber construido su edificio más importante allí.

Laureano “Nano” Forero.
Arquitecto

Bancolombia le apostó a ese ejercicio de estar en el valle, de ser colono.

Juan Esteban Arteaga.
Arquitecto.

El hecho de que Bancolombia se ubicara en ese sector es como decir: aquí estamos, aquí está la empresa privada.

Ximena Covaleda.
Arquitecta y coordinadora de urbam, Centro de Estudios Urbanos y Ambientales de la Universidad EAFIT.