UNA CIUDAD PUEDE LEERSE COMO LAS PÁGINAS DE UN LIBRO, así lo entiende Italo Calvino cuando describe a Tamara en Las ciudades invisibles: “La mirada recorre las calles como páginas escritas: la ciudad dice todo lo que debes pensar, te hace repetir su discurso, y mientras crees que visitas Tamara, no haces sino registrar los nombres con los cuales se define a sí misma y a todas sus partes”.

Cuando observas con detenimiento una ciudad, puedes ver las marcas del tiempo, pasar las páginas de su historia, disfrutar sus glorias y compartir sus pesares, puedes incluso adivinar quiénes la han habitado y verlos pasar junto con quienes la habitan y la habitarán en el futuro. La ciudad es también un libro abierto que nos descubre, a través de su geografía de calles, montañas, viviendas, vecinos, cruces y ríos, la vida que congrega y la voluntad de sus habitantes. Pero la ciudad no es solo lo que se ve, sino también lo que esconde. No puede definirse por kilómetros cuadrados, ni número de habitantes, de nada sirve intentar encasillarla porque la ciudad no es una, indivisible y certera. La ciudad son muchas ciudades a la vez.

Ciudad Del Río es una de esas ciudades que habitan dentro de la urbe que conocemos como Medellín. Nació en un sector industrial que hace tan solo una década congregaba importantes fábricas que le dieron el nombre al lugar donde se asentaron, la avenida de los Industriales. Durante el siglo XX, esta zona fue un símbolo del empuje y de la fuerza de esta ciudad de vocación industrial que con mucho orgullo hizo posible su florecimiento y prosperidad

Esta innovadora propuesta urbana es un modelo y una fuente de inspiración para el futuro desarrollo de Medellín, pues sus terrenos han servido de laboratorio donde se han venido experimentando nuevas formas de habitar y construir la ciudad. En el 2016, justo 10 años después de haber sido aprobado el plan parcial que permitió la transformación de este privilegiado sector del área metropolitana, Ciudad Del Río se erige hoy como un hito urbano y una referencia obligada en temas de planificación.

Ciudad Del Río es un éxito gracias a la implementación de una metodología, unos principios y una visión de ciudad que han sido claves para la transformación de esta estratégica zona. Entre muchos de los aspectos se podría destacar que este proyecto urbano constituye el primer desafío de la empresa privada para darle la cara al río y saldar la deuda histórica que Medellín tiene con su principal fuente hídrica. Así mismo, el proyecto aboga por un desarrollo en el interior del valle de Aburrá y en el corredor metropolitano, que ataja el crecimiento de la ciudad hacia las laderas, tal y como lo han venido planteando los Planes de Ordenamiento Territorial desde 1999.

La mezcla de usos, que es uno de los sellos más destacados de Ciudad Del Río, fue introducida en el sector gracias a un innovador plan parcial conocido como Gran Manzana Simesa, que logró transformar la vocación de esta zona e introducir nuevos usos del suelo, que incluyó principalmente vivienda, comercio y servicios. La introducción en el plan de los principios de autonomía, convivencia y flexibilidad hizo posible la conciliación de los intereses divergentes entre los desarrolladores, las empresas que aún continúan en la zona y los vecinos de Barrio Colombia.

Este proyecto es el resultado de la alianza clave entre el sector público y el sector privado, unión que alentó y apoyó la transformación de esta importante zona de la ciudad. El proyecto contó con metodología participativa que, gracias al diálogo y a la concertación, tuvo en cuenta las voces de los diversos actores involucrados en la zona que contribuyeron a enriquecer la propuesta urbana. Una propuesta rica en espacio público, dotada de parques, plazas, equipamientos culturales y deportivos, que están abiertos para que la ciudadanía pueda disfrutar de estos espacios, que ayudan a generar tejido social y permiten que los ciudadanos tengan donde encontrarse y reconocerse.

Los desarrolladores han implementado una metodología de concursos que incentivan a que los proyectos no solo sean rentables desde el punto de vista económico, sino interesantes desde el punto de vista del diseño arquitectónico. Ciudad Del Río retoma una premisa clave: es posible hacer urbanismo de calidad con buenos resultados económicos.

Así mismo, este proyecto urbano le ha apostado a la cultura con la presencia del Museo de Arte Moderno de Medellín, que ha sido un detonante importante para dinamizar el sector e imprimirle una vocación cultural, que se complementará con la llegada de un nuevo equipamiento cultural previsto para el 2016, que será la casa de tres grandes instituciones culturales de la ciudad como son la Orquesta Filarmónica de Medellín, el Ballet Folclórico de Antioquia y el Colegio de Música, Canto Alegre.

Como un aporte a la construcción de la memoria de esta ciudad, Valores Simesa, el promotor del proyecto, ha motivado la producción de este libro para plasmar un trozo de la historia de Medellín y dejar un documento del proceso que se ha llevado a cabo para lograr la maravillosa transformación de este sector de Medellín. En sus páginas quedan impresas las voces de quienes hicieron parte de esta aventura que arranca en el pasado, en un ejercicio por alentar a todos los ciudadanos a ser conocedores del ayer para poder construir y proyectar un mejor mañana.

Los invitamos a recorrer las páginas de este libro donde quedaron plasmados importantes trozos de este colorido mosaico que le dan forma a Ciudad Del Río. Será un viaje en el tiempo donde el lector podrá recolectar pequeñas piezas de la historia, la visión de sus protagonistas, anécdotas, sueños y compromisos que hicieron posible que Ciudad Del Río se convirtiera en una inspiración para la nueva Medellín.